¿Qué tanto sabes del clítoris?

En griego antiguo existía un verbo para la palabra clítoris, el cual literalmente significa «acariciar(se) el clítoris para producir placer». A tan sólo 19 años de la primer publicación sobre su anatomía, en la actualidad apenas y se conoce la punta del iceberg del Punto G. Si el objetivo del clítoris es generar placer en la mujer, ¿por qué no conocerlo más?

Todas las mujeres nacen con clítoris, un órgano ubicado en el área vaginal. Está escondido por debajo de los labios, así que sólo se alcanza a ver su punta o capuchón: parece un botón.

Este pequeño órgano aunque no tiene funciones reproductivas, es muy poderoso; ya que su única función es generar placer.

El Punto G es como un iceberg, únicamente muestra una pequeña parte de sí —el glande—. Sus brazos o piernas, pasan por debajo de los labios vaginales y se posa sobre la uretra. En estado de reposo, su longitud es de entre 8 y 13 cm; el glande tiene de 3 a 4 cm de ancho y de 4 a 5 cm de largo.

A lo largo de la vida, el clítoris crece con su compañera. Al terminar la pubertad, duplica su tamaño; entre los 30 y los 35, su tamaño se vuelve a duplicar; y al terminar la menopausia, puede ser hasta 7 veces mayor que al nacer.

El clítoris de cada mujer es diferente: no hay dos iguales. Igualmente los pezones, cuyo tamaño, color y forma son exclusivos a cada mujer; y la vagina, por supuesto, también es particular a cada una.

Se trata de un órgano sumamente sensible al tacto. Las caricias, la fricción y las vibraciones durante el sexo y/o la masturbación lo activan y lubrican. Su sensibilidad responde a que tiene alrededor de 8,000 terminaciones nerviosas —el doble que el pene—; y a que todas confluyen en la punta o glande.

Al igual que el pene, el clítoris puede tener erecciones cuando se estimula y alcanzar hasta 15 cm de longitud. La excitación genera que más sangre circule por su tejido, formado de músculo y nervios. Esto puede generar sensaciones de placer y orgasmos.

Durante un orgasmo, el movimiento, las contracciones y la estimulación de las zonas erógenas pueden activar hasta 15,000 terminaciones nerviosas en toda la zona pélvica. Así que sí, es posible que una mujer tenga orgasmos múltiples: inclusive sin penetración.

Después de un orgasmo, el clítoris requiere descanso. Es posible que la sensibilidad disminuya lentamente y que haya entumecimiento; el reposo lo ayuda a recuperar su tamaño habitual.

Helen O’Connell fue la primer investigadora en estudiar la anatomía del clítoris en 1998; y en 2005 hizo otra publicación, en la que afirma que las piernas del clítoris son la pared vaginal.

A partir de que se estudio el clítoris, al punto de estimulación, que se centra en el glande, se le ha llamado Punto C. Una teoría expresa que el Punto G puede considerarse o bien, como una zona erógena; o como la parte interna del clítoris, que al ser estimulada, también puede producir un orgasmo.

Durante el siglo XIX cualquier dolencia o padecimiento relacionado con los órganos sexuales femeninos, se diagnosticaba como histeria femenina. El tratamiento consistía en masajes en el clítoris, es decir, masturbación.

Consulte a su médico.